martes, 1 de julio de 2008

Sebastián alzó la voz y el petróleo cayó

Sesión inaugural del 19º World Petroleum Congress en Madrid, la mayor reunión de 'petroleros y petroleras' del mundo. Máxima expectación. Autoridades políticas aparte, la reunión promete porque están todos los que tienen que ver con el sector energético. Desde bancos a auditores, pasando por las propias petroleras. Encuentro técnico y debate, mucho debate, sobre la actual situación del mercado entre los miles de asistentes. Que sí los 140 dólares por aquí... o los 140 dólares por allá. Carestía, desafíos, producción... Sin embargo, la noticia más importante del día para el sector saltó desde miles de kilómetros, en Irak, con el anuncio de la apertura de contratos a compañías extranjeras para poder operar allí. Y extraer más. Y bombear más crudo al mercado. Invitados, todos. Hasta el presidente de Repsol, Antonio Brufau, hizo mención de la buena nueva.
Simultáneamente, Miguel Sebastián daba su discurso en Madrid con intenciones de descubrir el oscurantismo del mercado petrolero. Ante la jet petrolera mundial, en el marco del Congreso que se celebra estos días en Madrid, el ministro de Industria fue especialmente crítico con la tradicional vorágine especulativa del crudo y la actual escalada sin precedentes que vive su precio. El mercado, tanto en el Nymex de EEUU como el británico ICE, está copado por inversores, efectivamente, pero de la misma manera que ocurre en la negociación de otros activos como el oro y, actualmente, las productos agrícolas. La queja de Sebastián viene precedida de la salvaje escalada de los precios -de 70 a 140 dólares, un 100%- en los últimos nueves meses.
Tiene razón el ministro en pedir una mayor regulación. Las economías de libre mercado no pueden depender de un mercado altamente intervenido y opaco como el del crudo. España está al borde una recesión económica, pero no sólo por culpa del petróleo -que supone alrededor de la mitad del consumo energético español-, sino también del estallido de la burbuja inmobiliaria local. Las importaciones de petróleo han disparado el déficit comercial de nuestro país a niveles inauditos. El saldo negativo más allá del 12% sobre el PIB. De no ser por el escudo del euro, la economía española habría afrontado varias devaluaciones de moneda sustancialmente más importantes que las de 1993. La dependencia del oro negro es preocupante, especialmente, cuando su precio se ha multiplicado por ocho en los últimos seis años.
Cabe preguntarse qué ha hecho el actual Gobierno para cambiar la estructura de consumo energético en España. Con Sebastián como jefe de la asesoría económica de Presidencia, el petróleo ha pasado de cotizar en 40 a 140 dólares y no se han tomado medidas de protección ante semejante amenaza. Quejarse ante la industria -más de 250 compañías y 60 países están representados en el Congreso- es como predicar en el desierto. Sin embargo, modificar el tipo de suministro energético, diversificar las fuentes y aplicar políticas de largo plazo no parece entrar en la agenda presidencial, ni ministerial. El 'deja vú' petrolero llega a su fin
Los precios del petróleo -pese a las previsiones interesadas de algunos productores y bancos como Goldman- caminan irremediablemente hacia un estallido similar al que se ha producido en otros activos. El regreso al 100% de un superproductor como Irak va a poner patas arriba al mercado. El país que conserva las terceras reservas demostrables del mundo (un 10% del total) sólo supone un 2,5% de la producción global. Pero con el regreso de petroleras extranjeras ampliará su bombeo hasta, al menos, el 5%, en línea con su vecino Irán y, por tanto, en niveles similares a los que mantenía antes de la guerra e invasión de 2003.
Por otro lado, la restricción monetaria que se avecina en los próximos meses para Europa y EEUU va a terminar pinchando a medio plazo las posiciones apalancadas que mantienen muchos inversores institucionales (hedge funds especializados, sobre todo) en contratos financieros del crudo. Es un hecho que desde que la Fed comenzó a rebajar tipos en EEUU en septiembre pasado, los precios del crudo se han duplicado en unos meses hasta cotas inimaginables hace poco tiempo. El regreso de Irak al tablero de productores, en combinación con políticas restrictivas de tipos, pueden terminar por pinchar la burbuja de precios del crudo. No es cuestión de oferta y demanda. El mercado está inundado